En una tarde histórica en el estadio de San Mamés, el Barcelona Femenil se consagró bicampeón de la Champions League, levantando su tercer título europeo. El cuadro culé demostró una vez más por qué es uno de los equipos más dominantes del fútbol femenino mundial, al vencer 2-0 al Olympique de Lyon Femenino en un emocionante partido.
La primera mitad del encuentro fue una batalla estratégica, con ambos equipos mostrando gran calidad en el campo, pero sin poder abrir el marcador. El Barcelona, fiel a su estilo de posesión y juego elaborado, intentaba constantemente penetrar la defensa contraria, mientras que las francesas se mantenían firme y organizado en la retaguardia.
El primer gol llegó al minuto 63, gracias a una brillante jugada de Aitana Bonmatí. La centrocampista, quien ha sido una de las piezas clave en el esquema del Barcelona, recibió un pase preciso en el borde del área y remató con fuerza. El estadio de San Mamés estalló en júbilo mientras las jugadoras culés celebraban con euforia.
El segundo gol llegó en el tiempo de descuento, al minuto 95, con un momento que quedará grabado en la memoria de los aficionados. Alexia Putellas, quien había ingresado a la cancha apenas tres minutos antes, selló la victoria con un remate certero.
Putellas, capitana y alma del equipo, mostró una vez más su calidad y liderazgo en los momentos cruciales, desatando una celebración desenfrenada en las gradas y en el banquillo culé.
La victoria en San Mamés no solo significó el tercer título europeo para el Barcelona Femenil, sino también la confirmación de su hegemonía en el fútbol continental. Las dirigidas por Jonatan Giráldez mostraron un fútbol vistoso y efectivo, consolidándose como un referente en el deporte a nivel mundial.
Tras el pitido final, las jugadoras se unieron en un abrazo colectivo, con lágrimas de alegría y sonrisas de satisfacción. La afición culé, que se desplazó en gran número hasta Bilbao, acompañó con cánticos y aplausos a su equipo, celebrando una nueva página dorada en la historia del Barcelona Femenil.
Este logro no solo es un triunfo deportivo, sino también un reconocimiento al trabajo y esfuerzo de un grupo de mujeres que han luchado por posicionarse en la élite del fútbol. La celebración continuará, sin duda, en las calles de Barcelona, donde el equipo será recibido como lo que son: campeonas de Europa, una vez más.