Andrea Rodebaugh, directora de las Selecciones Nacionales Femeniles, ha marcado un antes y un después en el fútbol femenino en México.
En su gestión iniciada en septiembre de 2022, ha establecido objetivos claros que buscan cimentar el futuro del balompié femenil: detectar talento, desarrollarlo y ofrecer un espectáculo atractivo.
"Es importante generar en base a un modelo de juego esta idea de una identidad en el campo, que se vea que cada una de las selecciones juega a algo y que cuando las veas, digas: está jugando México", explicó.
Un modelo con identidad
El proyecto implementado por Rodebaugh se centra en la disciplina y en la profesionalización de las jugadoras dentro y fuera del campo.
“La preparación no es solo cuando una es convocada o está entrenando. Es también cómo te recuperas y te preparas para la siguiente sesión; lo que comúnmente llamamos el entrenamiento invisible", señaló.
Este enfoque busca garantizar que las jugadoras comprendan la importancia de la constancia y la dedicación diaria.
Formación desde la base
Uno de los aspectos más destacados ha sido la incorporación de categorías juveniles como la Sub-13, con el propósito de trabajar desde edades tempranas en la formación de futuras seleccionadas.
Además, a los cuerpos técnicos se ha integrado especialistas en diversas áreas para atender las necesidades específicas de las jugadoras juveniles.
Resultados en el campo y fuera de él
Rodebaugh destacó que este modelo ya ha dado frutos, no solo en los resultados dentro del campo, sino también en la percepción que tiene la afición sobre el equipo.
“Hoy la selección es vista de forma distinta; se le respeta más. Se han logrado cosas que antes la gente no pensaba posibles”, afirmó.
Con una filosofía centrada en la profesionalización, el modelo de Andrea Rodebaugh busca no solo triunfos, sino también consolidar un legado que inspire a nuevas generaciones de futbolistas mexicanas.