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Rebeca Bernal: Un adiós imborrable en el Estadio BBVA

Rebeca Bernal: Un adiós imborrable en el Estadio BBVA

El fútbol tiene momentos que van más allá del juego, instantes donde la pasión y la historia se entrelazan en un solo sentimiento. En el Estadio BBVA, la noche se tiñó de nostalgia y gratitud cuando Rebeca Bernal disputó su último partido con las Rayadas, el equipo que la vio crecer y al que entregó su alma durante casi ocho años.

“Muchas gracias por su apoyo desde el día 1 hasta el día de hoy. Me llevo a ustedes en el corazón. Sigan creyendo y confiando en las Rayadas. Son un equipazo y van a luchar por ustedes”, dijo a la afición. 

El destino quiso que su despedida coincidiera con un Clásico Regio, un duelo que representa la grandeza y rivalidad en la Liga MX Femenil. Durante 90 minutos, Rebeca mostró la misma entrega y liderazgo que la convirtieron en un pilar del equipo. Cada balón disputado, cada barrida y cada indicación a sus compañeras fueron un recordatorio de la capitana que siempre fue: fuerte, determinada e inquebrantable.

Cuando el silbatazo final marcó el cierre del partido, el estadio entero permaneció en sus lugares. No era una noche cualquiera. Era el adiós de una leyenda.

Las luces del BBVA se apagaron, dejando paso a un homenaje que recorrió su historia con las Rayadas. Imágenes de sus títulos, sus goles y sus momentos clave iluminaron la cancha mientras la afición rompía en aplausos. Desde la tribuna, el grito de “¡Capi, Capi!” retumbaba con fuerza, un tributo a la jugadora que defendió el escudo con orgullo.

El reconocimiento no solo vino de su equipo. En un gesto de respeto y admiración, las jugadoras rivales permanecieron en el campo, rindiendo tributo a una futbolista que trascendió los colores.

Con lágrimas en los ojos, Bernal dio su última vuelta olímpica. A cada paso, miradas cómplices, sonrisas llenas de gratitud y manos que se alzaban en señal de respeto. Sus compañeras la esperaban al centro del campo con una lona en su honor, mientras el número 4 quedaba grabado para siempre en la memoria de la afición.

Así se despide Rebeca Bernal, dejando un legado de entrega, pasión y amor por Rayadas. Su historia no termina aquí, pero su huella en Monterrey será imborrable.