El estadio Carlos Iturralde Rivero de Mérida, Yucatán, se convirtió en el epicentro de una auténtica fiesta deportiva durante el empate 1-1 entre la selección femenil mexicana y su similar de Panamá. Con una asistencia oficial de 13,079 aficionados, el recinto vibró con un ambiente inigualable que demostró el creciente apoyo al fútbol femenil en México.
Desde temprano, las gradas comenzaron a llenarse con familias, grupos de amigos y aficionados entusiastas que portaban camisetas y banderas de la selección mexicana. El sonido de las porras llenaron el estadio, mostrando un respaldo contundente para las jugadoras mexicanas.
A pesar del resultado, el apoyo del público no decayó en ningún momento. Las jugadoras fueron ovacionadas con cada jugada destacada, y la ola que recorrió las gradas se convirtió en un momento especial que unió a todos los presentes.
Pedro López, director técnico de México, destacó la importancia de esta conexión con la afición: “Es muy emocionante ver a la gente apoyar de esta manera”.
Con esta entrada, la selección femenil mexicana cerró el año reafirmando el creciente interés del público hacia el fútbol femenil, dejando un mensaje claro: el deporte sigue ganando terreno y sumando corazones en el país.