Jenni Hermoso brilló en su partido contra Pumas en el Estadio Olímpico Universitario, aunque no fue un encuentro fácil para la estrella española.
La atacante de Tigres femenil mostró su calidad en cada toque y fue una constante amenaza para la defensa universitaria. Sin embargo, también vivió momentos difíciles al recibir dos fuertes golpes que preocuparon tanto a sus compañeras como a los aficionados.
El primero de estos golpes llegó en una jugada disputada en el mediocampo, cuando Hermoso recibió un impacto directo en el tobillo que la dejó tendida sobre el césped. El dolor en su rostro fue evidente, y el cuerpo técnico de las Amazonas mantuvo alerta ante la posibilidad de una lesión seria.
Afortunadamente, después de recibir atención médica, la campeona del mundo decidió mantenerse en el partido, demostrando su resiliencia y compromiso con el equipo en un momento crucial de la liguilla.
Más adelante, Jenni Hermoso volvió a sufrir otro fuerte golpe, esta vez en la espinilla, en una acción en la que nuevamente su rictus de dolor, después de chocar con la portera Wendy Toledo, dejó en suspenso a la afición y a sus compañeras.
La defensiva de Pumas no se contuvo en su intento de frenar a la talentosa jugadora, y el resultado fue una disputa física en la que Hermoso fue una de las más afectadas. Aunque no se retiró del campo, el desgaste y los constantes contactos físicos pudieron haber mermado su desempeño en algunos tramos del partido.
A pesar de estos incidentes, Jenni Hermoso se mantuvo como una pieza clave para Tigres femenil. Su presencia y liderazgo fueron esenciales en el ataque del equipo, que logró controlar el balón y generar peligro, aunque sin poder abrir el marcador en un cerrado 0-0.