El intenso tráfico de la Ciudad de México se convirtió en un obstáculo inesperado para Tigres Femenil en su llegada al Estadio Olímpico Universitario. Programadas para arribar cerca de dos horas antes del inicio del partido contra Pumas, el equipo regiomontano se encontró atrapado en el caótico tránsito capitalino, retrasando su llegada hasta las 18:45 horas, solo una hora y 25 minutos antes del silbatazo inicial de las 20:10 horas.
Con el tiempo justo, el equipo bajó rápidamente del autobús y, sin perder un segundo, las jugadoras se prepararon para el calentamiento en el campo. A diferencia de su acostumbrada preparación pausada, Tigres tuvo que hacer ajustes para optimizar el tiempo y concentrarse en estar listas para el arranque del partido. La situación no pasó desapercibida y generó cierta tensión en los alrededores, pues cualquier contratiempo en un partido de liguilla representa un desafío tanto físico como mental para las jugadoras.
A pesar del apuro, Tigres femenil mostró profesionalismo y mantuvo la calma, enfocándose en adaptarse a las circunstancias. Las jugadoras realizaron ejercicios de calentamiento, conscientes de la importancia de no perder ritmo ni concentración en una fase tan crucial del torneo. La experiencia y la disciplina del equipo fueron evidentes en su manejo de la situación, demostrando que, aunque los obstáculos externos son inevitables, las Amazonas están mentalizadas en alcanzar su séptima corona.