¿Cuál será la mejor enseñanza que le podemos dejar a nuestros hijos? Sin duda alguna el luchar por nuestros sueños, y es lo que ha hecho Esmeralda Verdugo.
La jugadora de las Águilas del América finalizó el entrenamiento para tener una sincera charla con Espartanas MX.
La mediocampista es bastante seria, pero al hablar de la pequeña Ximena su rostro se ilumina, como una mamá orgullosa.
Verdugo ha tenido que sacrificar el tiempo con su niña para hacer realidad el sueño que tenía desde la infancia: jugar en el América.
“Yo soy Águila desde pequeña”, confesó entre la ligera llovizna que caía sobre los campos de Coapa.
Pero este objetivo no ha sido fácil. No puede abrazar todos los días a Ximena, pues ella vive en provincia y no siempre viaja a la Ciudad de México.
“Tiene que valer la pena todo este sacrificio que estoy haciendo. Es por eso que tengo que dar lo mejor de mí en cada entrenamiento, en cada partido, para demostrarle a ella que todo esto vale la pena”.
Aunque está segura de lo que dice, por momentos le cuesta, y mucho, no poder ver a su hija todos los días.
“Sí es difícil porque la extraño mucho. Trato de no deprimirme tanto porque no sirve de nada estar triste y estar pensando que estoy lejos. Trato de estar fuerte y cuando la veo, lo hago con unas ganas inmensas y demostrarle que puedes cumplir tus sueños y no hay obstáculos para ello”.
Esmeralda lleva en el América desde que nació la Liga MX Femenil, y su objetivo fuera de la cancha a mediano plazo es tener a Ximenita todos los días a su lado para verla crecer.
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